Blue Flower

Autores: Verónica Romero, Juan Antonio Cruzado

Resumen

Objetivo: En este estudio se va a valorar la prevalencia del diagnóstico de duelo prolongado y evaluar la gravedad de síntomas depresivos, ansiosos y la sintomatología de duelo complicado a los dos meses de darse la pérdida. Asimismo, pretendemos estudiar qué variables asociadas al riesgo de duelo, pudieran ser más determinante en su diagnóstico y síntomas y el malestar emocional consecuente.

Método: Se han evaluado un total de 66 familiares de pacientes de la Unidad de Cuidados Paliativos (UCP) del Hospital San Cecilio de Granada. Se han realizado medidas a los dos meses después del fallecimiento. En esta investigación se ha explorado el malestar emocional existente, en los cuestionarios Inventario de Depresión de BECK (BDI-II), el Inventario de Ansiedad de Beck (BAI), el Inventario de Duelo Complicado (IDC) y el cuestionario de Duelo Prolongado (PG-12).

Resultados: Los resultados muestran que el 30,3% y 21,21% de los dolientes presentaban puntuaciones de depresión y ansiedad clínica a los dos meses del fallecimiento. La prevalencia de diagnósticos de duelo prolongado, según el PG-12, es de 10,6%, y el 53,03% de los participantes, presentan sintomatología de duelo complicado según el IDC. Asimismo, se muestran diferencias estadísticamente significativas en los dolientes con y sin diagnóstico de duelo prolongado y las puntuaciones del IDC y del BDI-II. La situación económica familiar se asocia a la presencia de sintomatología ansioso-depresiva y duelo complicado, siendo la variable más determinante del riesgo de duelo. Por último, una mayor edad del fallecido y más tiempo de asistencia en la UCP se asocian a menores síntomas de duelo. Por otro lado se muestran relaciones significativas, entre los dolientes que han vivido acontecimientos vitales estresantes previos a la pérdida de su ser querido, con los síntomas de depresión, ansiedad y duelo complicado.

Conclusiones: La presencia elevada de casos con síntomas de duelo complicado y puntuaciones de ansiedad y depresión clínica, a los dos meses de un fallecimiento aconseja llevar a cabo intervenciones tempranas en las personas con mayor vulnerabilidad.

Páginas: 23-37

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