Autores: Patricia Acinas
Título original: Paris 70
Director: Dani Feixas Roca
Guion: Nach Solis
Duración: 15 minutos (15’03”)
Año y país: España. 2023.
Tipo de obra audiovisual. Cortometraje.
Género: Drama psicológico. Enfermedades y discapacidades, requerimiento de Cuidados, Enfermedad de Alzheimer, salud mental, relaciones familiares, relaciones madre e hijo
Reparto: Luisa Gavasa (madre), Alain Fernández (hijo cuidador), Neus Asensi (doctora)
Sinopsis: Jan debe cuidar a su madre enferma de Alzheimer. Ella cada 1día le hace la misma pregunta, pero al saber la respuesta se queda muy confundida. Ante esta situación, Jan decide cambiar su enfoque y buscar una nueva forma de conectar con su madre. (Filmaffinity)
Enlaces a promociones de la película:
https://www.youtube.com/watch?v=wOL33hka27E
Tráiler español. Duración 0:57” (VOSE)
https://vimeo.com/794209406
Tráiler Original en catalán con subtitulos en español. Duración 0:55”
RESEÑAS DEL CORTO EN BASES DE DATOS DE OBRAS AUDIOVIDUALES
https://www.filmaffinity.com/es/film977624.html
https://cortosdemetraje.com/cortometrajes/paris-70/
https://www.filmin.es/corto/paris-70
Visionado del corto en plataforma. (registro previo)
NOMINACIONES Y PREMIOS
Corto candidato a premios Goya y premios Forqué en el año 2024
Preseleccionado para los Oscar a mejor cortome-traje de ficción.
COMENTARIO DEL CORTO DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA PSICOONCOLOGIA Y LA PSICOLOGÍA DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS
La pieza fílmica que comentamos es una pequeña joya en la que se habla de una historia que puede pasar con algunos de nuestros pacientes de cuidados paliativos y sus familias. Se habla de demencia, pero bien puede ocurrir ante otros tipos de patologías no siempre degenerativas. Tiene que ver con el cuidado que se brinda a las personas al final de la vida, desde los cuidadores informales, familiares que durante esta parte de la vida establecen otros vínculos, a veces no esperados, con sus familiares enfermos.
El corto se ha rodado en catalán, pero en general tiene poco texto, importan más las imágenes y lo que se desprende de las mismas.
El hijo es un cuidador que quiere hacer lo mejor para su madre, pero al que se le acaba la pa-ciencia en algunos momentos, que limita su vida personal por estar con esa madre.
Por otro lado, en el personaje de la madre con Alzheimer, se ve el deterioro que produce esta enfermedad, a nivel de capacidades cognitivas. Las limitaciones a nivel social que produce estar encamada. No sale de casa, no camina, no habla con nadie más que con su hijo. Hay una pérdida de autonomía, el hijo la tiene que dar de comer.
No tiene mucha experiencia como cuidador, pero busca cómo puede mejorar la situación para hacerla sentir mejor a su madre y conectar con ella de otra forma, más creativa pero más auténtica.
A veces surgen preguntas difíciles y hay que pensar qué respuesta dar... Ella pregunta por el padre de su hijo, (su propio marido), y el hijo le responde que el padre ha fallecido hace un par de años. Ella parece entender y asimilar, pero a nivel emocional y también por las consecuencias de la enfermedad, parece estar algo decaída y baja de ánimo.
Según los críticos de cine la película plantea un dilema moral: ¿Son las mentiras blancas (“piadosas”), una buena solución para evitar el sufrimiento de la madre? O por el contra-rio ¿Es preferible no mentir y enfrentarse a la realidad, aunque sea dolorosa y difícil?
El hijo intenta cuidar y que la madre no se dé cuenta de la parte dolorosa de la realidad y le ofrece una visión del mundo mucho más cercana a los momentos positivos que vivió en su vida pasada. Hay algún momento de sorpresa inesperados.
A medida que avanza la película el hijo le va proponiendo un viaje emocional por los recuerdos y las vivencias familiares para animar a la madre y para recordarle su identidad y sus roles del pasado.
En un corto sobre el final de vida no podía faltar el rol de algún profesional sanitario: La actriz Neus Asensi hace un papel pequeño pero fundamental como la médico de cuidados paliativos que apoya a Jan, el hijo, un cuidador inexperto que encontrará en los recuerdos familiares la clave para paliar la intranquilidad de su madre.
Podemos decir que el cortometraje es una especie de carta de amor de un hijo a su madre con Alzheimer. Y un homenaje a los pacientes silenciados de cualquier enfermedad grave y avan-zada, así como un reconocimiento de la labor de las cuidadoras y cuidadores.
La obra audiovisual de la que hablamos tiene el apoyo de diversas entidades que avalan la calidad de la misma. Entre ellas podemos encontrar la SECPAL, y otras entidades sociales, científicas y académicas, como la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA), la Cátedra de Cuidados Paliativos de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña, la Fundación Alzheimer Cataluña, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), la Federación Aragonesa de Familiares Enfermos de Alzheimer y ACE Alzheimer Center Barcelona, junto con el Instituto Catalán de las Empresas Culturales y la Fundación Puig-Porret.
Lo mejor del producto audiovisual es como se plasma la relación madre e hijo (los dos actores hacen bien su trabajo), y nos llegan las dificultades de comunicación, pero también el amor que hay latente en cada intercambio de comunicación o en los momentos que permanecen juntos.
En la mini película vemos un único cuidador, no parece haber más hermanos ni otras perso-nas de la familia que apoyen en los cuidados y que puedan ayudar al respiro familiar del cuidador principal que es tan necesario.
El hijo se mide a si mismo pero que no sabe cómo va a poder aguantar hasta el final.
Entre los objetivos y acciones positivas que vemos que se llevan a cabo con la paciente es tratar de potenciar la memoria y los recuerdos emocionales a través de la música, El hijo toca la guitarra y le propone también en algunos momentos recuerdos que tienen que ver con la “música de su vida”. Por este motivo podemos decir que Somos lo que recordamos o lo que nos ayu-dan a recordar. Y eso forma parte de la identidad de cada persona y de su bagaje biográfico y único en un momento de la vida concreto.
Recomendamos totalmente ver esta breve historia de amor familiar, realista y conmovedora porque todo está contado con mucha sensibilidad.
Todos los detales de la producción están cuidados, el sonido (y los silencios), la fotografía, los espacios donde se desarrolla el corto....
No es un corto sensiblero ni lacrimógeno; no da respuestas, pero evoca cuestiones, muy inte-resantes para reflexionar y para debatir. Y muestra que cuando se tiene interés se puede conec-tar de muchas maneras dentro del entorno de la persona enferma.
El montaje es de buena factura, nos lleva de una escena a otra guiándonos por la historia, casi sin darnos cuenta.
Una de las acciones es muy sencilla pero efectiva: El hijo busca el álbum de fotos, le devuelve a la madre la identidad que tenía y lo que recuerda de su vida.
Uno de sus objetivos es que su madre no sufra, pero él está sufriendo viendo a su madre como está y trata de calmar su malestar de la manera que mejor le parece. No parece tener más apoyo (material y emocional) que la visita de la Doctora. En la soledad del cuidado, aparecen emociones encontradas en el cuidador
El corto tiene un buen asesoramiento del texto y una excelente labor del guionista. Y plantea preguntas para que los espectadores resuelvan esas preguntas.
En resumen, en la película vemos el Dilema del Cuidador sobre decir la verdad o no; pero también hay un mensaje de esperanza.
Es uno de los cortometrajes que más premios ha recibido en 2023, lo cual habla de su calidad técnica y de su capacidad para mover emociones en los espectadores. Y los que conocemos los cuidados paliativos, podemos valorarlo también desde nuestro rol profesional.
En definitiva, el corto es un buen ejemplo de cómo con un corto se puede contar una buena historia y llegar al corazón de las personas
Patricia Acinas.
Psicóloga. Psicooncóloga experta en Cuidados Paliativos.
Experta en Psicología de las Artes Audiovisuales y Escénicas.
Páginas: 367-370

